¿Y ahora, a dónde la llevo?

Por Gurmesindo De la Olla

Tengo una cita al terminar el trabajo, algo inesperado para un jueves veraniego. Salir a comer y beber, es una de las pocas aficiones que conservo. Esta es una de esas ocasiones especiales en que hay que pasar de algún restaurante cercano o de un izakaya (típico bar o restaurante japonés). Tengo la suerte de que la mujer que me acompaña, es toda una “gurmesinda”, por llamarla de alguna manera, la mejor compañía para pasar una velada con buena comida. Nos agrada hablar de potajes, restaurantes y todo lo referente a comida. Prepararlas es otro gusto que tenemos en común.

—Conozco un buen sitio en la estación de Shimbashi —le digo—. Ya reservé una mesa.

Sonríe y asiente con un movimiento de cabeza.

La ciudad de Tokio tiene una vida nocturna con mucho movimiento, como toda metrópoli. Escoger un lugar para ir a comer y beber, es realmente difícil, tiene una cantidad impresionante de bares y restaurantes. Nosotros íbamos a un lugar tranquilo con buena comida española, tapas, platos de fondo y los mejores vinos de España.

"El Bebedor"

“El Bebedor”

“El Bebedor”, es el nombre del local. Subimos por el ascensor hasta el sexto piso del edificio. Al abrirse la puerta ya estábamos en la entrada del mismo. Una pequeña pizarra entre adornos al lado derecho con el nombre del sitio nos daba la bienvenida. A la izquierda, pegadas en la pared, etiquetas de las variedades de vinos que tiene el lugar.

Entramos y miramos alrededor en busca de la mesa reservada, pero todas estaban ocupadas. Hasta que se nos acercó César, el dueño del local, y nos indicó un lugar en la barra. “¡Qué bien! —pensé—. Así podré preguntarle sobre los platos y vinos cuando tenga alguna duda”. El lugar no es muy grande, pero tampoco pequeño. Entre las mesas y la barra entran unas 28 personas, el restaurante-bar es realmente acogedor y tranquilo. Hay mucha clientela femenina, lo que indica que El Bebedor tiene ese ambiente que les gusta a las mujeres y que les da confianza para entrar solas.

César es un nikkei peruano, que al aprender los secretos de la cocina española decidió abrir su propio negocio. Me quedé con una duda ¿por qué comida española y no peruana?

Revisamos la carta, tiene el menú escrito en japonés y español, y antes de decidirnos por las tapas, pedimos un vaso de vino, recomendado por César: Rioja Vega Tempranillo 2011, es un vino suave, joven, afrutado, con cuerpo medio, fácil de beber por éstas características, y como nos gustó pedimos la botella.

Los vinos con cuerpo medio (medium body) son recomendados para acompañar las carnes rojas. Si hubiésemos ido un fin de semana quizás entraba a uno de los course (cena completa) que tiene el local y que da derecho al nomihoudai (Viking, barra libre) de vinos, o sea que por dos horas se puede degustar la variedad de vinos que hay.

César nos trajo una sopa fría, muy popular en España y que viene a bien en estos días calurosos del verano, un delicioso gazpacho bien frío y refrescante. Nuestro primer pedido en la mesa es aceitunas de la casa escabechadas, verdes y negras, con cebollas en juliana y un acidito al punto que le da el vinagre; habas fritas, muy solicitada por los japoneses; y unos ricos pinchos de carne de cerdo con cebolla remojados en un aliño de mayonesa, muy usado en los platos y tapas españolas.

Luego ordenamos guisados a base de tomate; un gratan de cangrejo, con un delicioso aroma y sabor, me gustó tanto que intentaré prepararlo algún día; y el otro con mondongo, tan suave que se deshacía en la boca. Para acompañarlo, pedimos dos clases de panes, ¡qué rico es remojar los panes con las salsas de tomate!

Paella

Paella

Y el plato de fondo, la popular paella de mariscos mixtos, con choros y unos camaroncitos o langostinos de caparazón tierno. Este camaroncito se puede comer con la cáscara y todo (Soft shell shrimp).

La otra paella que pedí, estaba hecha a base de mariscos y calamares en su tinta, ¡qué les puedo decir, 100 puntos! Primera vez que comía una paella negra, con vieras, salmón, pimientos, judías y vainitas. Me comentó César, que ellos mismos extraen la tinta del calamar y la preparan, a diferencia de otros lugares que compran la tinta ya elaborada y lista para añadir.

Antes de retirarnos pedí conocer al cocinero: Yamashitasan (el señor Yamashita), trabajó muchos años atrás en el conocidísimo restaurante “Los Platos”, en Tokyo, de comida española. Allí aprendió lo que hoy prepara. En esa época era ayudante del chef Tozawa, quien fue muy conocido desde que apareció en el popular programa “Iron Chef” (Ryouri no tetsujin) emitida en horario estelar por la Fuji TV.

Yamashitasan se acerca junto a César y les robo una foto para el recuerdo.

Autor: Gurmesindo De la Olla

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