Por José Luis Miyashiro
–¿No desearía pasar a tomar una tacita de café?
–Si no es mucha molestia…
¿Recordaron este diálogo? ¡Claro! Eran Doña Florinda y el Profesor Jirafales, conversación que les permitía estar más tiempo juntos, en un encuentro más de ellos y sin interrupciones. Tiempo de romance y donde nuestro inefable profesor se desvivía en detalles y trataba por todos los medios de conquistar a la fémina antes mencionada.
Dicen que cuando se está en esa etapa, el hombre trata por todos los medios imaginados de conquistar, deslumbrar, en pocas palabras “que caiga” la chica que nos trae de cabeza. Pero que pasado el tiempo estas atenciones tienden a decrecer y no lo reparé hasta que vi a Pilar Sordo, una psicóloga chilena, que hablaba de ello y otros temas. Y no es solo lo que dice, sino la forma en que te lo cuenta, que hace que uno le preste atención y por qué no, nos arranque más de una sonrisa. Ella dice que los hombres somos personas que nos interesan las metas que nos planteamos para una vez cumplidas seguir con los siguientes pasos que podamos tener en nuestra lista. Entonces, si nos basáramos en esto, si en nuestra lista estaba marcado querer conquistar a la chica que nos vuela la cabeza, una vez logrado pasamos al siguiente objetivo, como que ya lo conseguimos.
Me quedé pensando y decidí hacer lo que veía por televisión a esos queridos personajes arriba mencionados y puse manos a la obra.
Me acerqué sigilosamente al lado de mi esposa, que estaba sentada frente a la pantalla de la computadora llevando a cabo un trabajo, y le dije:
–Te invito a tomar un café más tarde ¿quieres? –confieso que me sentía medio extraño, ansioso sería la palabra exacta para definir mi estado al hacer la propuesta.
Ella se quedó como inmóvil, sonrió y aceptó la invitación.
Salimos muy tarde, en nuestra cita, pasadas las 11 de la noche. No podría explicar el estado de ansiedad, aunque creo que era compartido por los dos. Llegamos al lugar, ordenamos, nos acomodamos y…
Todo fue mágico, como en nuestros tiempos de enamorados; como cuando salíamos, conversamos de mil y un temas, metas, sueños, anécdotas; era volverme a encontrar con ella, y por qué no, también volverme a mostrar yo mismo. No éramos mamá y papá, una salida sin los chicos, solo para nosotros. Y déjenme decirles que fue maravilloso.
No en vano los profesionales recomiendan guardar espacio para la pareja. Nos convertimos en padres y eso como que nos absorbe y sin darnos cuenta nos vamos dejando llevar cada vez más. Vamos cediendo también cada vez más de ese tiempo valioso para ambos.
Tan valioso como una tacita de café.
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Sobre el autor: José Luis Miyashiro, psicólogo peruano. Trabajador migrante en Japón. Autor del blog colectivo Japón Latino y director de Miyashiro Producciones.
9 junio, 2013
Un buen inicio y un buen intento espero que los temas a tratar sean en verdad abiertos en todos los temas se eviten las argollas con entidades y personas a fin de un provecho propio o de terceros y en verdad sea la VOZ DE LOS MUDOS LATINOS EN JAPON, donde todos nos veamos reflejados en esta nueva revista.
Muchos éxitos en este proyecto.
Félix Takeda R.
10 junio, 2013
Gracias Félix. Un abrazo