Más de un centenar de personas, entre niños y adultos, asistieron a la concentración contra el ijime, organizado por el grupo “Unidos contra el acoso escolar en Japón”.
Fotos: ©Shigueru Sakuda, ©Willian Susuki, ©Milagros Aguirre
Como una medida inicial para organizarse en la prevención, identificar y enfrentar el acoso escolar en Japón y crear conciencia en la comunidad, un grupo de residentes latinoamericanos se reunieron en el parque Yoyogi de Tokio el domingo 18 de mayo. Alrededor de 40 adultos y 25 niños dieron inicio al evento después de las diez de la mañana con las palabras de bienvenida del peruano Víctor Gusukuma, uno de lo organizadores.
Noemi Inoue, de origen boliviano y concejal en el distrito tokiota de Sumida, recomendó que si la escuela no atendía la queja de los padres podían recurrir al Comité de Educación Municipal para presentar el caso.
Juan Carlos Shimokawa otro de los integrantes del grupo organizador manifestó que estaban trabajando en inscribir traductores voluntarios debido a que se ha detectado muchos casos de problemas de comunicación por la falta de dominio del idioma. “Es una convocatoria para los hispanohablantes que hablan japonés para que sirvan de traductores en los diferentes colegios de la zona donde vivan. Hemos redactado un reglamento básico, la principal regla es que es un servicio voluntario, no se cobra, y solo para casos de acoso escolar”.
Colaboraron dos expositores con formación como psicólogos, José Luis Miyashiro y Sonia Romero, quienes a su turno expusieron entre otros puntos sobre el concepto del “ijime”, la importancia de la comunicación entre padres e hijos, acerca de la violencia, agresores y agredidos son por igual víctimas, la educación en el hogar, internet y los video juegos. Ambos respondieron preguntas de los presentes.
Los niños participaron de un concurso de dibujos sobre el tema de la convocatoria. Ganó la niña Yoshine Sato, el segundo lugar para Yuriko Orellana, tercer puesto para Mayumi Suhara y mención honrosa para Lena Furuya.
Después de la una de la tarde ya se habían congregado más de cien personas (adultos y niños) entre peruanos, argentinos, colombianos y bolivianos que llegaron desde ciudades de Chiba, Tokio, Saitama, Gunma, Ibaraki, Tochigi, Kanagawa y Gifu.
Ana y José Suhara se presentaron con niños de su escuela de danzas “Sol y Luna”, quienes no dudaron en exhibir sus habilidades al ritmo de marinera sobre el césped del parque. José Suhara manifestó que a través de la enseñanza de las danzas están tratando de darle a sus hijos la confianza que necesitan para poder desenvolverse en una sociedad totalmente ajena a los padres. “El ijime y la confianza son dos cosas totalmente adversas pero comienzan en casa. El ijime empieza en casa, hacia nosotros mismos, también la confianza empieza en casa, porque somos el ejemplo de nuestros hijos. En la escuela hemos querido tener siempre niños, porque son los que más necesitan de esa confianza para desenvolverse ante la gente con otra forma de pensar, diferentes costumbres y sobre todo con diferentes problemas sociales que hay en Japón”. Saludó la iniciativa del grupo a la que calificó de “totalmente desprendida, sin ningún beneficio más que el humano”.
Por su parte Martha Yokoi, del grupo colombiano de danzas “Fiesta Esmeralda” dijo que había sido un día hermoso y que no imaginó encontrar a tanta gente y de varias nacionalidades. “Si nos unimos todos en un solo corazón contra este mal que nos está aquejando podremos conseguir algo. El secreto, creo yo, es que todos los padres tenemos que unirnos en este momento”.
Para los padres de familia este primer encuentro ha sido positivo por las experiencias compartidas y los consejos de los especialistas que asistieron. “Estoy contenta por haber venido a esta primera reunión del grupo, contenta por haber escuchado las ideas y consejos de los psicólogos. Me voy satisfecha por los aportes y las experiencias compartidas que me van a servir con mi hija”, dijo Gabriela Sato que llegó desde Gunma.
La participante que vino de más lejos fue Carla Kimura, quien viajó desde la prefectura de Gifu, parte central de Japón a 260 Km al sur de Tokio, dijo que fue una reunión muy gratificante y “no solo vamos a ayudar a una persona, sino a muchas más de la colectividad, tanto peruana como de otros países y espero que no sea la primera y la última, seguir con esto y apoyar a nuestra comunidad”.
Casi al final del día Víctor Gusukuma manifestó que la asistencia superó sus expectativas. “Siento que hemos cumplido el primer objetivo de convocar gente y hablar sobre el tema, así como manifestar nuestra voluntad de organizarnos y dar el primer paso para enfrentar este mal que aqueja muchas veces a las familias de manera silenciosa”.
Es la primera vez que la comunidad latinoamericana en Japón hace uso de las redes sociales para convocar a un evento sobre la violencia escolar. El grupo “Unidos contra el acoso escolar en Japón” se formó en Facebook después que se publicó en un medio local la supuesta agresión que sufrió una niña peruana por parte de cinco de sus compañeras de escuela. Está integrado por padres y ciudadanos que de manera espontánea se han ido sumando .
Los organizadores de la jornada del domingo son cinco peruanos: Victor Gusukuma, Juan Carlos Shimokawa, Ernesto Furuya, Rafael Shimokawa y Milagros Aguirre.