Colaboración texto y fotos: Con Dios y con el Diablo
Llegó de visita una amiga española, y después de una larga charla, le preguntamos a donde quería ir, a pesar de que no era su primera vez en Tokio y de seguro no la última, “kappabashi”, dijo sin pestañear.
Yo que pensaba que me conocía todos los lugares principales de Tokio, yo que alucino tener el don de la ubicuidad como Dios, yo que creo ser más astuto que el diablo, no me sonó a nada conocido. No me quedó otra cosa que recurrir a la tecnología. Googleo la palabra respectiva, y me salen un montón de páginas sobre “kappabashi”. Busco como llegar, a 5 minutos de la estación “Tawaramachi” de la línea Ginza, a 13 minutos de la estación de “Asakusa” de la línea Asakusa. Leo que abren los todos los días, inclusive los domingos.
Tratando de disimular que “kappabashi” era algo nuevo para mí, miraba de reojo en mi iPhone de qué se trataba ese lugar. Lamentablemente, no veía muy bien las fotos. Finalmente llegamos, y a primera impresión, no habia mucho que llamara la atención.
Aparentemente, todavía no llegábamos a la zona interesante.
Las primeras tiendas no tenían nada fuera de lo común, así es que seguimos con nuestro recorrido.
“Aquí están” dice nuestra amiga. “¡Coño! ¡Que chulos!”, añade. Una tienda de comida de plástico, conocidos como “sampuru shokuhin” – 食品 サンプル – Sample food – Muestras de comida.
Tengo que reconocerlo. Quedé impresionado por lo real de su apariencia y por sus precios. Aunque si nos ponemos a pensar que uno de estos nos puede durar muchos años, estando de muestra en la entrada del restaurante, se paga por sí solo. Es más, no existe producción en cadena, se hacen uno por uno, y cada pieza puede ser considerado una obra de arte.
Seguimos caminando, y aquí encontramos todo lo necesario para la industria gastronómica.
Desde carteles, hasta platos. Envases descartables, y más platos.
Máquinas para hacer raspadillas, y más platos. Pero la lista es interminable. En las 7 cuadras que abarca la zona, encontramos: Uniformes, manteles, cuchillos, ollas, mesas, sillas, cajas registradoras, moldes para tortas e infinidad de cosas.
Gracias amiga española por llevarme a “kappabashi”. Cuando vaya a Madrid, te llevaré a algún lugar que no conoces.
Kappabashi: carteles y platos
Crape/Kure-pu a $55 (USD) y gyudon a $52 (USD)
