El rostro

Por Gaby Higashionna

 

Se vistió como todos los viernes para su ritual,  había prendido inciensos y una vela amarilla para la concentración, se sentó frente al espejo contemplándose.
Esa semana había sido crucial, habían dejado de aplicarle la “quimio”, el tratamiento estaba dando resultados positivos. Mirándose a través del espejo, hizo una mueca de satisfacción. No podía negar que tuvo miedo de que su luz se apague en el transcurso de ese año, pero siempre sus amigos celestes habían estado con ella.

Los invocaba, aunque con alguna frecuencia dudaba de mantener realmente una comunicación real con ellos y pensaba que solo eran diálogos internos que le daban paz, tranquilidad y por qué no, una que otras veces, las respuestas que conscientemente no hallaba.
Se concentró para entrar en una especie de túnel, rememoró el día en que le dijeron que tenían que extirparle un seno, porque había sido atacado por el cáncer; su primera pregunta fue mental:  ¿Por qué a mí?

Todo fue muy rápido, al mes siguiente ya entraba al quirófano y le extirpaban uno de sus montes; después de seis horas, al despertar, ya no era la misma, se sentía incompleta, con ganas de llorar y en una soledad acompañada.

Después, vino el tratamiento post-operatorio, las reuniones de terapia psicológica, conocer gente que comprendía sus sentimientos internos aunque no los externara; con solo mirarse a los ojos existía un diálogo, un diálogo visual.

Ahora se veía nuevamente en el espejo, su pañoleta en la cabeza era lo único que podía delatar su año de angustia, sus alhajas le daban la imagen de persona excéntrica; pero eran en realidad amuletos que fue recolectando en el  transcurso de ese año.  Quería pensar que todos, esos amuletos, llegaron a ella por alguna razón, ya que cada uno tenía una historia y cada persona que le obsequiaba alguno, le dejaba algo nuevo por aprender.

Cuando invocaba a sus amigos celestes, les hablaba como quien escribe un diario; más se reconfortaba, porque muchas veces al terminar esos “monólogos” había encontrado respuestas o calma. Como hoy…

 

 

Autor: Gaby Higashionna

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1 Comentario

  1. Mucha emoción me ha despertado. Supongo que situaciones de este tipo deben marcar mucho a una persona y siento que esto solo lo puede escribir alguien que lo ha pasado.

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