Diálogos con mi Maestro: OMOIYARI (思いやり)

Colaboración: Con Dios y con el Diablo

Un reciente diálogo con mi maestro de artes marciales (MA) y yo.

Al terminar la práctica del día, mi maestro dice:

—Hoy has estado distraído. ¿En qué has estado pensando?
—Ah… este… bueno… en muchas cosas que no tienen relación con lo que practicamos —contesto algo sorprendido.
—Si te puedo ayudar en algo, me encantaría…
—Tal vez me pueda ayudar. Estuve conversando con unos amigos del por qué jóvenes de nuestro alrededor están abandonando los estudios; los padres se esfuerzan mucho para enviarlos a la secundaria superior, y muchos simplemente abandonan los estudios.

Unos días atrás, un amigo de la familia comentaba que su hijo se negaba a seguir estudiando, a pesar de que nunca tuvo problemas de rendimiento ni de hostigamiento, ni en la primaria ni en la secundaria.

—¿Qué pasaría si siempre te quejas de este dojo y traes a tus hijos a practicar? —añadió el maestro.
—Si me quejaría de este dojo, simplemente no vendría, y nos los traería tampoco.
—¿Y qué pasaría si tuvieras que enviarlos obligatoriamente? —insistió.
—No tendría otra opción, y los enviaría.
—¿Y tú crees que tus hijos continuarían o dejarían el dojo?
—O se aburrirían, o se revelarían, pero tarde o temprano dejarían de venir.
—¿Ahora entiendes lo que te quiero decir?

Pensé: “Si me quejo del dojo, mis hijos observarán que el venir no tiene importancia; si queremos que nuestros hijos continúen con sus estudios, deberíamos mostrarles la importancia de asistir a la escuela”.

—Tal vez… ¿Me quiere decir que el problema no está en los hijos, sino en los padres?  —pregunté.
—Efectivamente. Si nuestros hijos están siempre observando que no estamos conformes con algo, terminarán en contra de eso.
—Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿No quejarnos?
—Primero, no criticar delante de los hijos y dejarlos que ellos se formen su propia opinión. Y segundo, antes de criticar, debemos de tratar de entender el por qué de las cosas, viendo las cosas desde el punto de vista del otro. A eso le llamamos OMOIYARI —思いやり—consideración, empatía.
—Gracias Maestro. La lección de hoy ha sido muy valiosa.

Muchas gracias por tomarse la molestia de leernos.

(Más notas del autor en su blog personal: http://condiosconeldiablo.blogspot.jp/)

Autor: Con Dios y con el Diablo

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