Ayer caminaba cual Caperucita alegremente por el bosque, hasta que vi un cartel que decía «Cuidado con las culebras» en ese mismo instante vi como algo cayó desde la copa de un árbol y descendía por mi espalda… Mis gritos se escucharon hasta Narita. Juan, mi esposo, blanco como un papel, trataba desesperadamente de quitarme la rama seca que por poco y me mata.
31 enero, 2018
Es un cuento muy interesante, tiene lo principal que es la sorpresa, de verdad que es muy bueno, y podría ser más corto y mejorar, hay algunas palabras que se podrían sacar. Felicitaciones.