Por Gurmesindo De la Olla
Fotografías: Gabriela Nakayoshi y Marcos Kanashiro
Una llamada telefónica interrumpió mi programa noticiero de las 6 pm.
—¡Ni Hao! GulmeChino, ¿cómo estal quelido amigo?
La voz al otro lado de la línea me era familiar, no me dejaba ninguna duda, así hayan pasado más de 30 años sin vernos, su acento era inconfundible y para rematar, es el único amigo chino (de muchos que tengo) que al llamarme me cambia la nacionalidad.
Tau Ya Lin era hijo único de una familia adinerada que vivía en el barrio chino de Lima (Perú). Frente al mercado central, en los años 80, su padre tenía un puesto ambulatorio de comida china y dos grandes restaurantes en la misma calle. Pero su pasión era preparar sus especialidades a la vista de todos, por ello optó en salir a la calle y dejar a sus administradores atendiendo sus dos locales. También sabía que la clase media baja consumía en las carretillas ambulatorias que rodeaban el mercado y que estos puestos movían bastante dinero diariamente sin tener la necesidad de declarar y pagar los impuestos respectivos. Su intuición lo llevó al éxito, bajó los costos cocinando solo, no tenía ayudante alguno, así pudo tirar al piso los precios de sus platos y su puesto de comida china se hizo de la noche a la mañana muy famoso.
Todos los días se paraba frente a su cocina carretillera donde preparaba en una gigantesca sartén, la porción para 10 personas en una sola vez, el delicioso tallarín saltado chino. De los platos que ofrecía este era el más pedido y su preparación era todo un espectáculo culinario. Un pequeño show era el enganche para atraer a todo aquel que iba de compras al mercado central de la capital limeña. Saltear en un gran fogón con una enorme sartén wok, tirando por los aires las verduras y fideos para luego volver a caer dentro de él, era el estilo que gustaba a la gente de aquella época, quienes habían hecho famosa la preparación china, de boca en boca, por todo Lima… eran los «chismes gastronómicos», lo que aquí se dice kuchikomi.
Y como se sabe, «la cola, llama a la cola», mientras más larga era, más curiosos la seguirían haciendo, eran tantos los clientes, que la cola estorbaba el pase a la acera de otros compradores. Por cierto, el sabor no era nada del otro mundo, el plato era rico, pero no pasaba de allí. Sin embargo, la gente quería comerla, porque era más barato que ir a los chifas del barrio chino y porque se podía disfrutar de la sorprendente maestría con que el fuerte cocinero movía tan pesada wok llena de comida.
Tau Yia Lin siguió los pasos de su padre, aprendió los secretos de su cocina y se dedicó a difundirla de la misma manera. Aunque heredó los dos restaurantes de la calle Capón, igualmente se decidió por prepararla en vivo, en el puesto ambulatorio, como si se tratase de un open kitchen de algún restaurante en donde se cocina frente a las miradas de los comensales. La especialidad: los tallarines salteados de su padre.
—Hola Tau, que sorpresa tu inesperada llamada —le digo—, ¿cuál es el motivo de tu milagro?
—Amigo GulmeChino, ahola te llamo desde Tokio.
—¡Gur me sin do! soy Gurmesindo, no me cambies el nomble, digo ¡el nombre!
—Mi intención no quelel molestalte, pelo quelel favol.
No podía negarme, cuando viajé al Perú en los años 90, año en que lo conocí, su familia me atendió como parte de ella y no solo eso, depositaron su confianza en mí, enseñándome los secretos familiares de su milenaria cocina.
Tau me pedía hospedaje por unos diez días y que le mostrara el famoso barrio Chino de Yokohama, lugar que quería conocer, desde que lo vio en un documental turístico de la televisión. Pero su motivo de visita, no era solo por paseo y eso para mí era muy obvio.
Gulmechino san me gritó en son de broma en plena estación de Kannai, mientras los dos corríamos en «cámara lenta» misma película dramaticona, para darnos el encuentro que terminó en un fuerte abrazo y risas de alegría, mientras los japoneses nos miraban con cara de «¿y estos, qué tienen?».
—Ahora sí Tau, dime qué te trae por aquí.
Mi amigo hizo una mueca de media sonrisa y empezó a contarme sus planes en el camino al China Town. El venía a Japón porque veía que la moda gastronómica nipona seguía cruzando muchas fronteras y quería aprender uno de sus nuevos logros, «wafu-sionados» lo llamo yo. Enterado por canales de cable, especializados en la gastronomía mundial, el Nuevo Nihon Ryouri que se exportaba como moda en países asiáticos, europeos y que llegaba a difundirse en América gracias a los gurmet norteamericanos, era lo que Tau veía, como el negocio a futuro en el Perú.
Le hice recordar, que se lo advertí muchas veces cuando nos escribíamos por el chat del messenger y que se rió cuando se lo comenté.
—Oye Tau Yia Lin —le dije—, ¿te lo repetí muchas veces, recuerdas?
«Has un izakaya al estilo japonés o un ramenya, si es que quieres invertir en nuevos negocios. Te lo puse en el chat con letras mayúsculas ¿te acuerdas?, y ¿qué me contestaste? Jajaja, peluano tenel mucha valieda de sopa, gustal de caldo de gallina y no comelá lamen japonés, polque tiene en chifa, lamian chino, el veldadelo».
¿Sigues pensando que el ramen es chino todavía?, le pregunté pensando saber ya la respuesta, pero me sorprendió lo que escuché.
Se comió el orgullo y en cada palabra pronunciada se notaba el esfuerzo para no negarme lo que siempre habíamos discutido en chats nocturnos para mí y mañaneros para él. No quise discutir como lo hacíamos antes y puse mi parche también diciendo que no hay duda de que el nombre y el origen del plato proviene del grande asiático, pero el Ramen (pronunciación que se hace en Japón del La mian>ra mien ラーミエン>ramen ラーメン) es en estos momentos un nuevo plato, nacido de una fusión con sabores japoneses.
La sopa o el caldo, se diferencia mucho del chino al igual que la consistencia de sus fideos, la preparación y los ingredientes difieren mucho por lo que este nuevo plato es aceptado como tal (ramen japonés) por los mismos chinos. La moda del Ramen empezó ya en Lima, ha tenido que dar la vuelta por Europa y los Estados Unidos para llegar al Perú, una travesía de no menos de diez años y que tuvo como promotor al personaje del manga y anime, Naruto.
Tau sabe de eso y por ello apuró el viaje, todavía no es tarde para aprender, pero la respuesta no estaba en el barrio Chino de Yokohama, sino que había que hacer un recorrido gastronómico distinto, así que en los diez días disponibles, comerá ramen hasta que se le salga por las orejas. Prepararemos juntos algunos platos, desde sus bases con hueso de chancho, de res o de pollo, con dashi de algas kombu o de pescados secos, lo combinaremos con verduras y hongos y lo llevaremos a cocción suave hasta que todo se deshaga.
Probará los sabores base, shio, miso, tonkotsu, shouyu y sus combinaciones respectivas, shio tonkotsu, shouyu tonkotsu, miso tonkotsu y por último, le mostraré el avance de los instantáneos Cup ramen que en el día de hoy, se pueden comer con los sabores originales de los famosos ramenya, producidos en conjunto con las marcas más conocidas del mercado, «KORABO» le llaman y viene de la palabra inglesa collaboration, colaboración.
Ultimo día, Narita Airport…
—Bueno Tau, llegó la hora —le digo a modo de despedida—, espero que tu visita haya sido productiva y logres abrir tu nuevo local cuando llegues a Lima.
—Glacias Gulme, espelo puelas il nuevamente a visitalnos y lecuelda lo que te oflecí, necesitalé pelsonal de confianza en mi negocio. Tú sabel mucho de nueva tendencia gastlonómica japonesa, te pagalía bien y oflezco casa también.
—Lo tendré en cuenta amigo Tau, nos estaremos comunicando por el feis, ¿te parece?
El rostro de Tau Yia Lin, empezó a cambiar, sus ojos rasgados empezaron a cerrarse más y dibujando como de costumbre su media sonrisa pícara, me dijo: «Cuando tú venil a visital a mi casa, yo plepalal pala tí, veldadelo alóz chaofàn chino, ¿o tú quelel chaahan japonés?, bloma amigo, nos vemos Gulmechino!», y soltó una estruendosa carcajada.
—¡Que te vaya bien y tengas buen viaje, Ta Lla Rin! —respondí.▲
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Publicado en la revista Kantō número 8, pp. 62 – 67: bit.ly/1L1MPEW
Gurmesindo llevó a su amigo Tau a comer ramen en:
– ShinYokohama Raumen Hakubutsukan http://www.raumen.co.jp/
Vista del local en 360 grados (foto Ricoh Theta por Willi Susuki), Página con control para visualizador de 360 grados: https://theta360.com/
-Shinatatsu (Shinagawa eki) http://www.shinatatsu.
– Tokyo eki ichibangai (Tokyo Ramen Street) en el B1 de la estación de Tokio. http://www.tokyoeki-
15 mayo, 2015
Falto la foto de ud. Con su amigo el chino. Salu2
15 mayo, 2015
Oiga no le parece un poco racista su versión de como hablan los chinos y de ponerlos en ridiculo?