Por Kantō - Redacción en May 5, 2014
El campesino y el tengu
CUENTO JAPONÉS TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL: KEIKO TANAHARA Había una vez, un campesino anciano que iba cantando por el camino de las montañas arreando su caballo. ♪ Corazón contento ♪ al ir cuesta abajo la montaña ♪ hasta los cascabeles de mi caballo repican ♪ EEI SORA HOI HOI. De pronto, del otro lado un tengu (*) inmenso venía haciendo retumbar fuertemente sus pasos. La nariz del gran tengu era tan larga y grande, del tamaño del brazo del campesino; y su cara era tan roja como el arco de la entrada de un templo shintoista acabado de ser pintado. El gran tengu y el campesino anciano se toparon en el angosto camino de montaña. “¡Eh, abuelo, hágase a un lado!”. El anciano, sin dejarse apabullar por el tremendo grito del gran tengu dijo: “Aunque me digas que me haga a un lado, éste es mi camino. Además, con mi caballo somos dos. Hazte tú a un lado”, lanzándole una mirada fija. “Hyhynnnn!”, relinchó el caballo alentando a su amo. —Viejo tonto, si te mantienes en tu terquedad, te agarro del cuello y te como. —¿Ah sí? A mi edad, no tengo miedo de morir tragado por ti, pero, antes me gustaría ver una cosa. —¿Qué es lo que quieres ver? —Dicen que los tengu… cualquier tengu, puede hacer uso de magias, ¿es eso cierto? —Ja, ja, ja, ja. Aunque me veas en esta facha, soy el jefe de los tengu, como no he de poder hacer magias. —¿Ah sííí? He oído que los tengu pueden crecer tan grande hasta el cielo, ¿tú puedes hacer eso? —¿Crecer hasta el cielo?, ¡cómo no he de poder! —¿Será cierto? Entonces, permíteme comprobarlo un poquito, antes que me tragues. Así podré llevarme una historia que contar al otro mundo. —¡Bueno, fíjate bien eh! El gran tengu puso su nariz hacia arriba e inhaló hondo. Entonces, el gran tengu creció y creció, hasta que traspasó las nubes. Entonces, el anciano sonrió pícaro y cual si estuviera muy satisfecho dijo: —Señor tengu, señor tengu, ya lo vi y comprobé bien, por favor vuelva a su estado normal. Entonces, el gran tengu, exhaló el aliento y volvió a su tamaño original. “¿Qué te pareció, abuelo?, ¿te asustaste no? Bien entonces, me toca tragarte” y estiraba la mano para cogerlo, a lo que, el anciano le...
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